miércoles, 16 de julio de 2003

MISTERIOS DEL SANTO ROSARIO SEGÚN LAS INDICACIONES DE JUAN PABLO II


“El Rosario lentamente recitado y meditado -en familia, en comunidad, personalmente- os hará penetrar poco a poco en los sentimientos de Cristo y de su Madre, evocando todos los acontecimientos que son la llave de nuestra salvación”. (Homilía durante la Misa en Kisangani, 6 de mayo de 1.980) Juan Pablo II.

Misterios Gozosos (lunes y sábado)

Meditar los misterios gozosos significa adentrarse en los motivos últimos de la alegría cristiana y en su sentido más profundo: el gozo que produce el acontecimiento de la Encarnación. María nos ayuda a descubrir el secreto de la alegría.

Primer misterio: La Encarnación del Hijo de Dios
Segundo misterio: La visitación de María a su prima Isabel
Tercer misterio: El nacimiento de Jesús
Cuarto misterio: La presentación de Jesús en el templo
Quinto misterio: Jesús perdido y hallado en el templo

Misterios Dolorosos (martes y viernes)

Meditar los misterios dolorosos lleva al creyente a revivir la muerte de Jesús. Nos ponemos al pie de la cruz junto a María para penetrar con Ella en la inmensidad del amor de Dios al hombre y sentir toda su fuerza regeneradora.

Primer misterio: La oración de Jesús en el huerto de los olivos
Segundo misterio: La flagelación del Señor
Tercer misterio: La coronación de espinas
Cuarto misterio: Jesús con la cruz a cuestas camino del Calvario
Quinto misterio: La crucifixión y muerte del Señor

Misterios de Luz (jueves)

Meditar los misterios luminosos significa recordar que todo el misterio de Cristo es luz. Cada uno de estos misterios nos recuerda el Reino ya presente en la persona misma de Jesús. Cristo anuncia el Evangelio del Reino, luz del mundo.

Primer misterio: El bautismo de Jesús en el Jordán
Segundo misterio: La revelación de Jesús en las bodas de Caná
Tercer misterio: El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión
Cuarto misterio: La transfiguración del Señor
Quinto misterio: La institución de la Eucaristía

Misterios Gloriosos (miércoles y domingo)

Meditar los misterios gloriosos alimenta en el creyente la esperanza de la gloria y morada definitiva. Caminamos hacia la casa del Padre como miembros del pueblo de Dios peregrino en la historia. María, Madre de la Iglesia, nos acompaña.


Primer misterio: La resurrección de Jesús
Segundo misterio: La ascensión del Señor a los cielos
Tercer misterio: La venida del Espíritu Santo
Cuarto misterio: La asunción de María en cuerpo y alma a los cielos
Quinto misterio: La coronación de Nuestra Señora como Reina de todo lo creado


(Santo Rosario, Ed. Paulinas)